HIRIE LOGROÑO

CUADERNO  DE HISTORIAS

Un proyecto de Mikel Hirie


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MARGA.

Me llamo Marga y vivo en el rascacielos EULZA, en el 14 F. Ya sabes, el edificio de 31 plantas junto a la plaza del primero de mayo de Logroño. Te cuento. Resulta que ayer me llego al buzón una carta impresa a ordenador, con sello postal incluido, a mi nombre y apellidos y con la dirección correcta y completa. ¿Tú que harías? La comparto contigo. “Hola Marga, soy uno de los 186 vecinos de tu edificio y quiero decirte que me gustas mucho y que me encantaría tomar un café o una caña contigo o un refresco contigo. Depende de ti. No quiero que esta carta te provoque miedo, solo me atrevo con ella a contarte que estoy enamorado de ti desde que llegasteis al edificio hace cuatro años por Navidad. Fantaseo contigo. Con presentarte a mi familia de Lugo, y que pasemos las vacaciones y los fines de semana juntos. Donde tú quieras. Eres preciosa. Nos imagino sentados en el sofá fucsia, viendo películas románticas, de aventuras o de miedo, las que tú quieras. Sueño con ir al cine, al teatro, al monte, a la playa, de conciertos, de compras. Donde tu quieras. Y todo lo demás. Te quiero. Te amo. Te deseo. Tu esposo es muy amable, parece muy buena persona, tus hijos, preciosos como tú”.


4 de octubre.

Estábamos en el parque del Espolón con las niñas y nos encontramos con Pedro y con Juan y los dos críos, Mario y Guiller. Los pequeños son compañeros del colegio y se pusieron de inmediato a jugar juntos, y nosotros a charlar. María es compañera de clase de Pedro. Laura es compañera de clase de Juan. Una hora después, los ocho nos acercamos hasta la terraza del Loian café de la calle Bretón. En realidad fue una tarde muy interesante porque Pedro y Juan nos contaron todos los detalles de su viaje de novios a Mozambique…el océano índico, de su estancia en Maputo, la travesía por el rio Zambeze, las cataratas Victoria, el lago Malaui y la isla Likoma….Yo y las niñas volvimos al piso con ganas de viajar, y de ir más lejos que a las casas de los abuelos, y algun pequeño viaje a Zaragoza, a Pamplona, a Bilbao. Luego mas tarde Chema y yo discutimos porque a él no le gusta viajar y en los quince años que nos conocemos ha frenado mis ganas de volar. Y no dijo volar en avión, digo que él se conforma con poco, y que el piso se nos queda pequeño y antiguo, y que mi vida en Logroño necesita saltar de esta forma monotona y gris en la que estamos, de este malestar de rutina y tranquilidad.


13 de agosto.

“Me alegro. Me alegro mucho”, repetía como un tonto. Una y otra vez. Estábamos en la terraza del café. Lunes en Logroño. “Me alegro. Me alegro mucho”. Nuestro primer café. En el grupo de padres y madres que llevan a sus hijos al cole por la mañana. “Me alegro. Me alegro mucho”. Éramos seis. Tres padres y tres madres. De familias distintas “Me alegro. Me alegro mucho”, repetía cuando Marga, Rosa y yo comentábamos algo. Y cuando lo hacían Pablo y Miguel. “Me alegro. Me alegro mucho”. Luego ya al irnos Marga me contó que Jorge sufre una lesión cerebral desde junio y que es el padre de Marta y de Juanjo y que trabajaba en un banco y que  Blanca su mujer esta destrozada y que fue un gran nadador y que era de su cuadrilla de amigos de siempre, y que parece irreparable el daño y… Relativicé todos mis problemas por un rato hasta que ya luego lo olvidé por las prisas. Y por la tarde volví a encontrarme con él en la puerta del colegio. Y por la noche me acordé de él cuando mi marido llegó, cuando nos fuimos a dormir. “Nuestra vida hoy no tuvo sobresaltos. Me alegro. Me alegro mucho”, recordé antes de dormir. 


15 de abril.

Mi amiga Eva es muy mentirosa. Ayer nos contó que el fin de semana pasado estuvo con un chico, Martín, y compartieron viernes, sábado y domingo en Logroño. En realidad, todos sabemos que estuvo en su piso sin salir. Nos contó que conoció a Martín en Finder, hace un mes, y que dos días después de encontrarse en la red social de los eventos sexuales ya estaban hablando por whatsapp y por teléfono, y con muchas ganas de encontrarse para lo demás. Nos contó que Martín es de Nájera pero que vive en Logroño, en la avenida Solidaridad, y que es ingeniero y trabaja en la universidad. A mí amiga Eva le encanta contarnos los detalles de sus historias inventadas. También los de intimidad. Nos contó que es un chico delicado, cuidadoso y detallista, y que el encuentro fue perfecto, y que tienen ganas de volver a verse y que volverán a verse este mes porque hacen sintonía y complicidad. Nos contó que Martín tiene un piso precioso, pequeño pero elegante, y que pasearon, salieron de noche por Logroño, y conversaron mucho y de todo, y pareciera que se conocen desde siempre. Martín tiene 33, Eva 32. Nos contó que Martín va al gimnasio, y es rubio, y muy guapo, y viste muy bien.


9 de abril.

Perdí el apartamento porque perdí el empleo, perdí los ingresos, el banco me desahució. Compré el piso con Elsa, juntos, a los 13 meses de conocernos, porque era una oportunidad, luego rompimos, le pagué su parte para quedarme con el y agoté mis ahorros. Fulminé la herencia de mis padres. Perdí el empleo porque mi puesto lo sustituyeron por otro tipo de una contrata amiga del jefe de mi empresa. A mi jefe nunca le caí bien, pero es muy amigo del padre de Elsa. Yo no se si Elsa o su padre malmetieron para que Hector, mi jefe, me despidiese. Yo si sé porque me duelo, me dolió, me dolerá que perdí mi piso en el 23 F de la torre EULZA, y que ahora vivo en la habitación alquilada de mi amigo Juan en el 11 A. Junto a la estación de trenes y autobuses de Logroño. Gracias al subsidio y a mal comer le pago a Juan los 200 euros, todos los meses. Y gracias a los prestamos de todos mis amigos que algún día devolveré. A Isa le debo ya 2000 euros. No hay empleo en lo mío ni en otras cosas, el panorama esta difícil, si sabes de algo, gracias por decirme.


31 de marzo.

En enero se rumoreó de mi en el barrio que tenía una enfermedad, en estado avanzado, prácticamente terminal, con cuidados paliativos incluidos, y que por eso no iba al trabajo. En realidad yo había negociado con la empresa una excedencia, sin sueldo, de un mes, porque necesitaba descansar. Sin más. En febrero se rumoreaba que Felix y yo habíamos roto porque él se había cansado de mí, porque soy muy celosa, y que el ya estaba en relaciones con una tal Lourdes. Llegaron a decir que la tal Lourdes era una novia de la adolescencia, y que yo, vehemente y salvaje, les había montado un par de espectáculos callejeros porque me los había encontrado besándose en un bar. En marzo, se rumoreó que mis vecinos de la torre EULZA de Logroño no me podían soportar, por follonera. Incluso relataban algunos incidentes relacionados con la limpieza de la escalera, la empresa que nos gestiona la administración, el mantenimiento de las instalaciones, el garaje, el ascensor, los ruidos… En abril dijeron que estaba ingresada, demente, en el centro de salud mental. Y todo mentiras, fabricadas por Pili, Raquel, Laura, Hortensia y Maricarmen, en venganza porque las denuncié porque sus hijos le pegaron una paliza a mi hijo Javier.